Bueno, lo que nos pasa por hacernos los listos: tenemos un samingo, es decir un turno de castigo que incluye sábado y domingo, hasta el lunes. Es decir, perderé el único fin de semana que tenía de vacaciones. Encantador.
Pero a mi ver, me lo tengo merecido, o más bien, nos lo tenemos merecido: 11 compañeros más y yo. Pero ni modo. Tenemos que hacernos responsables de nuestra locura de faltar al turno de 12 horas. Me tengo que resignar y hacer la cacha. Prometo traer el progreso del calvario a mi regreso, tomaré una foto de mi rostro cansado cada seis horas, a ver como me va.
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