jueves, 6 de septiembre de 2007

Microhistorias (I)

Mientras...


No me reconozco esta mañana. Anoche seguia siendo la misma amargada de siempre, hasta que llegó Elena. Como sólo ella sabe hacerlo, me levantó de la cama ayer por la mañana y me preparó desyuno, me habló de cosas triviales que no recuerdo y se me quedó viendo con esa cara que hace mientras piensa en algo malvado.
- Necesitas un respiro - me dijo sonriendo de oreja a oreja. No sé que cara le habré puesto para que me tomara por el brazo y me metiera sin más a la ducha. En vano fueron los gritos y demas maldiciones que pronuncié en su contra. No le importó. Asi es Elena.
Eran más o menos las 10 de la noche cuando me sacó a rastras de la casa y fuimos a su antro favorito. Me dejó en una mesa y comenzó a bailar. Mientras la veia coquetearme, reprimí cada pensamiento erótico que me pasara por la cabeza. Pero al final cedí. La tomé por la cintura y la besé, así no más y sin avisos. No recuerdo si bebí mucho o poco, pero mientras la escucho llamarme en la ducha, no dudo ni un segundo que enseguida estaré con ella.

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